Descubre por qué no estás roto, y cómo recuperar el poder de vivir con sentido hoy
Este artículo expone las diferencias clave entre ambos enfoques y cómo podrían estar moldeando —o limitando— tu bienestar emocional.
Durante más de un siglo, la narrativa dominante en salud mental ha estado influenciada por Sigmund Freud. El inconsciente, la infancia traumática, la relación con los padres, los deseos reprimidos. Todo gira en torno al pasado. La idea central es que sanar significa regresar, revivir, analizar. Una y otra vez.
Este enfoque ha dado origen a toda una industria terapéutica centrada en el pasado. Hablar, procesar, recordar. Se siente como si avanzaras. Pero muchas veces, sigues igual. Como si estuvieras caminando sobre una cinta: te mueves, pero no avanzas.
Freud nos dio una narrativa poderosa: "eres lo que te hicieron". Y aunque esta explicación tiene algo de verdad, también tiene un efecto secundario peligroso: te define como una víctima permanente. Como si estuvieras condenado a repetir tu historia.
En palabras simples: ¡tu pasado manda! Y el trabajo del terapeuta es ayudarte a entenderlo... durante semanas, meses, o a veces años. Pero, ¿y si estábamos siguiendo al tipo equivocado?
El camino menos transitado
Adler fue contemporáneo de Freud. Incluso formó parte del famoso "Círculo de Viena". Pero pronto se apartó. ¿La razón? Tenía una visión muy distinta sobre la mente humana. Mientras Freud enfocaba su teoría en el pasado, el conflicto y el deseo reprimido, Adler proponía algo más simple (y radical):
No eres lo que te pasó. Eres lo que decides hacer con eso.
Para Adler, el pasado es solo una parte del cuadro. No lo negaba, pero tampoco lo sobrevaloraba. Lo que realmente importa es:
- Lo que crees sobre ti mismo.
- Hacia dónde vas.
- Qué sentido tiene tu vida.
Mientras el enfoque freudiano te lleva hacia atrás, Adler te empuja hacia adelante. Es un cambio de dirección completo.
Dos visiones opuestas
Freud:
- El origen del sufrimiento está en traumas del pasado y deseos reprimidos.
- El enfoque terapéutico consiste en revisar y analizar el pasado.
- El paciente tiene un rol pasivo, explora su historia.
- La meta de la terapia es entender lo que pasó.
- Ve al ser humano como potencialmente roto o fragmentado.
- El tratamiento suele ser largo, basado en el descubrimiento continuo.
- El terapeuta es una autoridad que interpreta tu historia.
Adler:
- El sufrimiento surge de metas inconscientes, creencias y falta de propósito.
- El enfoque terapéutico explora el sentido presente y ayuda a construir metas.
- El paciente es un individuo activo que elige y actúa.
- La meta de la terapia es transformar lo que se hace hoy.
- Ve al ser humano como capaz de cambiar y construir sentido.
- El tratamiento está enfocado en la acción, dirección y conexión social.
- El terapeuta es un colaborador que te ayuda a encontrar propósito.
El costo de vivir atados al pasado
La crisis contemporánea de salud mental puede entenderse en parte como el resultado de haber adoptado durante demasiado tiempo un modelo que:
- Patologiza al individuo, haciéndolo sentir como una víctima indefensa.
- Enfoca el tratamiento en revivir el trauma, en lugar de crear nuevas formas de vivir.
- Ignora el contexto social actual: desconexión, comparación constante, falta de significado.
Este modelo ha sido funcional para construir una industria. Porque cuando el proceso nunca termina, el negocio siempre sigue.
Pero el problema no es solo económico. Es existencial. Porque miles de personas entran a terapia con la esperanza de sanar, y acaban más conscientes de sus heridas, pero sin herramientas para vivir distinto.
El poder del "para qué"
Adler hacía una pregunta muy distinta a la de Freud. Mientras Freud preguntaba:
¿Qué te hicieron?
Adler preguntaba:
¿Para qué estás viviendo así?
No como reproche, sino como revelación. Porque incluso nuestro sufrimiento tiene un propósito (aunque no lo veamos). A veces, nos estancamos por miedo al cambio. O usamos el dolor como excusa para no tomar decisiones. Adler quería llevar luz a esas metas invisibles.
El dolor puede ser real. Pero vivir para siempre en función de él es una decisión. Y podemos tomar otra.
Sanar es elegir
Adler no creía que estábamos rotos. Creía que muchas veces estábamos atrapados en una historia vieja. Que actuábamos como si no tuviéramos opción. Pero siempre hay otra historia que contar. Otro camino que tomar.
Para Adler, la sanación no ocurre entendiendo más el trauma, sino dejando de organizar tu vida alrededor de él.
Su propuesta era concreta. Para sanar necesitamos:
- Responsabilidad: Dejar de culpar y empezar a elegir.
- Conexión: Sentir que perteneces. Que tu vida impacta a otros.
- Propósito: Tener una razón por la cual vivir con coraje.
La incomodidad de la libertad
Este enfoque puede incomodar. Porque si no estoy roto, entonces tengo que actuar. Si no es culpa de lo que me hicieron, entonces tengo que decidir qué hacer hoy.
Y eso asusta. Pero también libera.
Es más fácil decir: "así soy por lo que me pasó", que preguntarse: "¿Para qué sigo viviendo así?". Adler lo sabía. Y por eso su modelo no se hizo tan popular. Porque no se monetiza tan fácilmente. Porque te devuelve el poder, pero también la responsabilidad.
Manifiesto Adleriano: No Estás Roto
1. No eres tu pasado. Lo que te pasó influye, pero no te define. El pasado no es destino.
2. No necesitas revivir tu dolor para sanar. Sanar no es recordar más, es vivir mejor.
3. La responsabilidad no es culpa. Tomar responsabilidad es recuperar tu poder. No significa que fue tu culpa, significa que puedes elegir ahora.
4. Tus creencias dan forma a tu vida. No son los hechos, sino las ideas que adoptaste sobre ti y el mundo.
5. Tus metas dirigen tu comportamiento. Incluso el sufrimiento tiene una intención. Pregunta: ¿Para qué estoy viviendo así?
6. El aislamiento enferma, la conexión sana. No puedes ser tú mismo solo. Pertenecer es medicina.
7. El propósito transforma. La salud mental no es evitar el dolor, es tener una razón por la cual vivir con coraje.
8. No estás roto. Tal vez estás estancado en una historia antigua. Puedes contar una nueva.
Es momento de dejar de buscar sanación en el ayer y empezar a construirla en el presente. No necesitas otra sesión para entender lo que pasó. Necesitas una decisión para vivir distinto hoy.
¿Y si la salida no está en mirar atrás, sino en mirar hacia adelante?